viernes, 21 de junio de 2013

Reoportaje al historiador Lucas Lanusse: el abordaje historiográfico de los años '70

Lucas Lanusse es quizás el historiador más interesante que ha surgido en los últimos tiempos en la Argentina. Irrumpió en escena hace dos años con la publicación de su libro “Montoneros, el mito de los doce fundadores”. Este supuso una novedad, fue uno de los primeros trabajos sobre los ´70 en el cual se intentó una investigación profunda y desideologizada; y pegó, ya va por su cuarta edición. Inquieto, Lanusse lanzó hace unos meses un nuevo libro, “Cristo Revolucionario” y prepara dos más, mientras negocia con una importante radio la incorporación de micros sobre historia. ¿Nace un nuevo Felipe Pigna? ¿Es posible hacer historia rigurosa y masiva al mismo tiempo?
El siguiente fue el diálogo mantenido con Lucas Lanusse:

-Su primer libro era una investigación sobre las condiciones sociales y políticas que fueron determinando que un grupo jóvenes a fines de los 60 ´s terminaran concluyendo que la opción armada y el peronismo era la única salida posible. Y esa fue la base del éxito del libro…


-No fue un tema solo de desideologización, sino que en trabajos más o menos serios académicos se daban por buenas algunas cosas que se habían dicho, y se partía de ahí. Era un doble hueco, de parcialidad ideológica y de parcialidad informativa.
Cuando yo empecé la investigación de Montoneros mi idea era comenzar en el ´70, y durante dos años no pude arrancar, hasta que en un momento me di cuenta de por qué me había pasado eso: porque en realidad no tenía desde donde pararme, las cosas que se decían sobre el origen de Montoneros no resistían un análisis siquiera superficial.
El ejemplo que pongo es concreto, si supuestamente los Montoneros que secuestraron a Pedro Eugenio Aramburu fueron apenas 12, un grupito minúsculo, y después de eso los persiguen 20.000 hombres de la fuerza de seguridad. Que alguien me explique cómo hicieron un mes después para atacar La Calera con 40 hombres. 


-¿El hecho de haber una diferencia generacional con el común de los autores que han escrito sobre la década del ´70 es lo que marca la diferencia de enfoque? ¿Es necesario no haber vivido los acontecimientos para tener una visión objetiva?

-No es necesario pero ayuda mucho, sin ninguna duda. Es mucho más fácil para alguien que no lo ha vivido no tener tantos prejuicios y condicionamientos. 

-¿Se ha escrito historia sobre los 70 en la Argentina o se han escrito argumentaciones ideológicas?

-Hay de esos (los ideológicos), también hay buenos libros periodísticos y hay libros de historia como el de (Richard) Gillespie (autor de “Montoneros, soldados de Perón”) a quien yo critico, pero que no deja de ser una buena investigación, lo curioso es que sea de un autor inglés ¿No? Periodísticos si hay muchos buenos, pero de historia me cuesta realmente encontrar.

-Hay entonces una deuda de investigación histórica genuina sobre los ´70.

-Sin ninguna duda, veo mucho trabajo periodístico pero poco trabajo académico.. 

-¿Se puede ser objetivo escribiendo historia?

-Cien por ciento objetivo no, creo que se puede ser honesto. 


-Su segundo libro, “Cristo Revolucionario” es más testimonial, de alguna forma, ya que cuenta las historias de 10 curas y monjas que pertenecieron al tercermundismo.

-Sí, es diferente, es casi periodístico, porque no pretende ser una interpretación o llenar un hueco en la historia, sino que las historias de vida hablen solas 

-El libro Cristo Revolucionario, aún siendo más periodístico aborda el tema del movimiento tercermundista dentro de la Iglesia Católica, ¿Cómo fue la génesis de este movimiento y luego su evolución?

-Elegí este formato de libro porque tuve una especie de rebeldía temporal contra el formato de historia más académica. Tenía ganas de relatar y contar historias que hablaran solas. El norte era mostrar estas vidas, que son dignas del cine. Son historias de personas ultra comprometidas, que pueden gustar o no, pero que a partir de su compromiso han puesto en riesgo sus vidas, sus bienes, y han terminado exiliados, peleados, ninguneados.
Luego, hay una explicación de este fenómeno que yo resumo en tres párrafos en la introducción del libro. La primera era el contexto nacional, de interrupciones democráticas, de proscripción del peronismo y de constantes golpes de estado. Luego estaba el contexto internacional, con la revolución Cubana, y una idea flotando en muchos ámbitos de que el capitalismo moría y lo que venía era el socialismo. Y en tercer lugar, lo que sucedía dentro de la Iglesia, motorizada por el Concilio Vaticano Segundo y la idea de que la Iglesia no podía ser ajena de los problemas de su tiempo. A partir de esas ideas algunos sectores, no todos, se fueron radicalizando y acercándose al concepto de que no hay que cambiar el mundo, sino que la Iglesia cambie por el mundo y también, básicamente, la opción por los pobres. 


-Luego algunos curas dieron un paso más allá hasta llegar a tomar las armas…

-Si tomamos el cristianismo tercermundista y sus aledaños, los que tomaron las armas fueron proporcionalmente muy pocos. Pero que creían que era legítimo tomarlas, eran la mayoría.

-Y de las 10 historias que cuenta su libro ¿Todos han mantenidos sus posturas de entonces o han hecho una revisión?

-Yo fui a buscar estos testimonios… y una cosa que rescato de ellos sin dudar, y quizás fue la razón de que los buscara, porque hay en ellos muchas cosas que son muy polémicas, es la coherencia. Y esa es la realidad de las 10 historias. 

-¿Qué ha quedado en la Iglesia de hoy del movimiento tercermundista?

-Hoy hay muchos curas, laicos y monjas que suscriben a una línea muy similar a aquella. Inclusive haciendo una especulación, y esto lo he hablado con muchos curas, hoy proporcionalmente no son muchos menos que en aquel entonces. Si antes el tercermundismo significaba el 10% , quizás hoy no sea mucho menos que ese número. Hay muchos curas en las villas, en los barrios.
Lo que muestra a las claras que ha cambiado el contexto. Antes estaban dado las condiciones, no se exactamente porqué, para que tuvieran más visibilidad, para que se le animaran a los obispos. Y esto hoy no pasa. 


-¿Es por un cambio de los curas o del obispado?

-No, no no, es una derrota. Creo que es una manifestación de que esos sectores hoy no tienen espacio. En realidad se ha impuesto en lineas generales una visión más bien conservadora y jerárquica.

-¿Pero el obispado argentino de los 70 no era más conservador que el actual?

-En todo en ese momento tuvo que demostrarlo. Yo no se si se repitieran circunstancias similares como aquellas… me gustaría ver a muchos de los que hoy se dicen muy progresistas. Igualmente el contexto es tan diferente que es muy difícil hacer una comparación.

-¿Es posible acercar la historia al común de la sociedad sin deformarla y simplificarla en exceso?

-Es mi gran objetivo. Yo creo que se puede construir un equilibrio entre hacer una investigación rigurosa sin terminar en el blanco y negro.

-¿A quien considera al mejor historiador argentino?


-A la m… que difícil. Del período que yo he trabajado, Carlos Altamirano me encanta. 

-¿Cuándo sale la segunda parte de “Montoneros”?

-Estoy trabajando, nunca la abandoné, pero supongo que en 2009. En el medio hice Cristo Revolucionario y ahora estoy escribiendo otro libro. 

-¿Le gustaría ser el nuevo Pigna?

-Sí, absolutamente, en cuanto a ventas y a repercusión me encantaría.

Fuente: www.urgente24.com